Tras la publicación de las carteras recientemente asignadas a la Comisión Europea por parte de la presidenta Ursula von der Leyen, el secretario general de la CESI, Klaus Heeger, expresa su esperanza de que el empleo y los asuntos sociales tengan un papel destacado durante la nueva legislatura de la UE.
A la espera de la aprobación del Parlamento Europeo, el empleo y los asuntos sociales estarían a cargo de Roxana Mînzatu, como una de las seis vicepresidentas ejecutivas de la Comisión Europea. Ella estaría también a cargo de las competencias y la educación, que son ámbitos de política con importantes y estrechas relaciones con el empleo. Una cartera sustancial y completa que combine la educación y el empleo a cargo de un comisario en una posición destacada podría, con suerte, ser una fuerte señal política de que durante los próximos años lo social ocupará el mismo rango que la política industrial corporativa, que también estaría a cargo de un vicepresidente exclusivo. Para nosotros, como sindicatos, es de vital importancia garantizar un equilibrio entre la competitividad económica y los derechos sociales. Si bien fomentar la competitividad es importante para el crecimiento a largo plazo de Europa, no debería hacerse a expensas de los salarios justos, la seguridad laboral o las salvaguardas sociales.
Sin embargo, queda por ver cómo evolucionará probablemente la cooperación con la comisaria designada Teresa Ribera, que, entre otros ámbitos, se encargaría de lo que ha venido a denominarse “transiciones justas”. También lamentamos que no se designe a una comisaria específica para la igualdad de género y los derechos de las mujeres en particular, sino que se anexará -aparentemente de manera bastante aleatoria- a la cartera de "Preparación y gestión de crisis" de la comisaria designada belga Hadja Lahbib.
En relación con las prioridades y expectativas de la CESI en el ámbito del empleo y los asuntos sociales, apreciamos el compromiso sostenido de la Sra. Von der Leyen con el pilar europeo de derechos sociales, tal como se establece en sus directrices políticas para el nuevo mandato. También apreciamos las iniciativas planificadas sobre el derecho a la desconexión y la inteligencia artificial en el trabajo. Esperamos que la hoja de ruta para el empleo de calidad prevista sea concreta y sustancial, y que estemos preparados para las consultas de los interlocutores sociales al respecto.
Nuestro manifiesto electoral para las elecciones europeas es muy claro, y nuestras prioridades volverán a ocupar un lugar destacado en nuestra moción principal para el próximo Congreso de la CESI en diciembre. Esperamos que la nueva Comisión Europea cumpla con su compromiso de promover un diálogo social transparente e inclusivo y un trabajo digno, así como, una transición ecológica-digital justa para todos. También esperamos un mayor apoyo para los servicios públicos y su personal, que están en primera línea a medida que surgen nuevas crisis. Necesitamos invertir en mejores servicios públicos y cuidar a sus trabajadores para que sean resilientes y eficientes, en especial en tiempos de crisis. Seguiremos insistiendo en este aspecto.
A la espera de la aprobación del Parlamento Europeo, el empleo y los asuntos sociales estarían a cargo de Roxana Mînzatu, como una de las seis vicepresidentas ejecutivas de la Comisión Europea. Ella estaría también a cargo de las competencias y la educación, que son ámbitos de política con importantes y estrechas relaciones con el empleo. Una cartera sustancial y completa que combine la educación y el empleo a cargo de un comisario en una posición destacada podría, con suerte, ser una fuerte señal política de que durante los próximos años lo social ocupará el mismo rango que la política industrial corporativa, que también estaría a cargo de un vicepresidente exclusivo. Para nosotros, como sindicatos, es de vital importancia garantizar un equilibrio entre la competitividad económica y los derechos sociales. Si bien fomentar la competitividad es importante para el crecimiento a largo plazo de Europa, no debería hacerse a expensas de los salarios justos, la seguridad laboral o las salvaguardas sociales.
Sin embargo, queda por ver cómo evolucionará probablemente la cooperación con la comisaria designada Teresa Ribera, que, entre otros ámbitos, se encargaría de lo que ha venido a denominarse “transiciones justas”. También lamentamos que no se designe a una comisaria específica para la igualdad de género y los derechos de las mujeres en particular, sino que se anexará -aparentemente de manera bastante aleatoria- a la cartera de "Preparación y gestión de crisis" de la comisaria designada belga Hadja Lahbib.
En relación con las prioridades y expectativas de la CESI en el ámbito del empleo y los asuntos sociales, apreciamos el compromiso sostenido de la Sra. Von der Leyen con el pilar europeo de derechos sociales, tal como se establece en sus directrices políticas para el nuevo mandato. También apreciamos las iniciativas planificadas sobre el derecho a la desconexión y la inteligencia artificial en el trabajo. Esperamos que la hoja de ruta para el empleo de calidad prevista sea concreta y sustancial, y que estemos preparados para las consultas de los interlocutores sociales al respecto.
Nuestro manifiesto electoral para las elecciones europeas es muy claro, y nuestras prioridades volverán a ocupar un lugar destacado en nuestra moción principal para el próximo Congreso de la CESI en diciembre. Esperamos que la nueva Comisión Europea cumpla con su compromiso de promover un diálogo social transparente e inclusivo y un trabajo digno, así como, una transición ecológica-digital justa para todos. También esperamos un mayor apoyo para los servicios públicos y su personal, que están en primera línea a medida que surgen nuevas crisis. Necesitamos invertir en mejores servicios públicos y cuidar a sus trabajadores para que sean resilientes y eficientes, en especial en tiempos de crisis. Seguiremos insistiendo en este aspecto.
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