Fuente de la noticia: Servicio de Salud de Castilla La Mancha (SESCAM)
La ciudad mauritana de Zouerat está muy cerca de la frontera del Sáhara Occidental y allí viven muchos exiliados saharauis que carecen de una adecuada atención médica. La ONG HumanCoop ha puesto el foco en esta región desértica y lleva varios años realizando expediciones de profesionales sanitarios para atender a estas personas, facultativos entre los que se encuentran dos oftalmólogos del Hospital General Universitario de Ciudad Real, el jefe del servicio, Alfredo Fernández Ruiz, y Marina Bonet Seguí, residente de cuarto año.
Estos profesionales del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha formaban parte de un equipo de 28 voluntarios en el que había médicos de familia, enfermeros, internistas, cirujanos, especialistas de digestivo, radiólogos, anestesistas, farmacéuticos y técnicos de logística que tenían como objetivo principal contribuir a la mejora del estado de salud de la población de la región y poner en marcha el programa de asistencia y formación de HumanCoop en el hospital público de Zouerat.
Para Alfredo Fernández, la de este año ha sido su quinta experiencia en esta región del Sáhara y, como las anteriores, “ha sido tan emocionante y enriquecedora como abrumadora porque en una semana vimos a 30 personas en consulta y realizamos 26 intervenciones de cataratas”.
Las consultas se pasaron en el hospital público de Zouerat y la cirugía se realizó en el hospital privado de la Société Nationale Industrielle et Minière (SNIM), la compañía minera mauritana. Los problemas vistos con mayor frecuencia fueron el ojo seco debido a las duras condiciones ambientales del desierto, así como la presbicia en mayores de 50 años. También llama la atención la alta incidencia de la alergia ocular entre los niños.
De estos pacientes se seleccionaron siete para ser intervenidos de cataratas junto a otros 19 elegidos entre el personal de la empresa minera. Es una cirugía que en España se considera sencilla, pero difícil en estos casos “por las características de los ojos operados, con cataratas de gran dureza, mala visualización por las córneas deslustradas y dañadas por el desierto y la mala dilatación de iris y su comportamiento flácido, que dificultaba en muchas ocasiones el cierre de las incisiones”, explica el doctor Fernández.
Pese a estas dificultades, todas las operaciones previstas pudieron desarrollarse sin mayores complicaciones. Además, los días que los facultativos ciudadrealeños estuvieron en el hospital del SNIM realizaron varias interconsultas con trabajadores del propio hospital por molestias oculares o disminución de agudeza visual.
Según Alfredo Fernández, la de este año “ha sido una experiencia impactante a la vez que emocionante y, gracias a los compañeros que se encargaron de la organización y el triaje, la atención a un número tan elevado de pacientes se hizo más llevadera. Además, al estar en una ciudad grande pudimos ver pacientes con patologías de características avanzadas muy interesantes que no llegamos a ver en nuestro medio”.
HumanCoop es una asociación de voluntarios para la cooperación y el desarrollo que nació en 2019 para actuar en países y zonas del mundo en las que su intervención y colaboración pueda resultar de utilidad social. Agrupa a profesionales de la medicina y la enfermería de diferentes especialidades y entre sus asociados hay también ingenieros, mecánicos, abogados y personal administrativo.
La ciudad mauritana de Zouerat está muy cerca de la frontera del Sáhara Occidental y allí viven muchos exiliados saharauis que carecen de una adecuada atención médica. La ONG HumanCoop ha puesto el foco en esta región desértica y lleva varios años realizando expediciones de profesionales sanitarios para atender a estas personas, facultativos entre los que se encuentran dos oftalmólogos del Hospital General Universitario de Ciudad Real, el jefe del servicio, Alfredo Fernández Ruiz, y Marina Bonet Seguí, residente de cuarto año.
Estos profesionales del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha formaban parte de un equipo de 28 voluntarios en el que había médicos de familia, enfermeros, internistas, cirujanos, especialistas de digestivo, radiólogos, anestesistas, farmacéuticos y técnicos de logística que tenían como objetivo principal contribuir a la mejora del estado de salud de la población de la región y poner en marcha el programa de asistencia y formación de HumanCoop en el hospital público de Zouerat.
Para Alfredo Fernández, la de este año ha sido su quinta experiencia en esta región del Sáhara y, como las anteriores, “ha sido tan emocionante y enriquecedora como abrumadora porque en una semana vimos a 30 personas en consulta y realizamos 26 intervenciones de cataratas”.
Las consultas se pasaron en el hospital público de Zouerat y la cirugía se realizó en el hospital privado de la Société Nationale Industrielle et Minière (SNIM), la compañía minera mauritana. Los problemas vistos con mayor frecuencia fueron el ojo seco debido a las duras condiciones ambientales del desierto, así como la presbicia en mayores de 50 años. También llama la atención la alta incidencia de la alergia ocular entre los niños.
De estos pacientes se seleccionaron siete para ser intervenidos de cataratas junto a otros 19 elegidos entre el personal de la empresa minera. Es una cirugía que en España se considera sencilla, pero difícil en estos casos “por las características de los ojos operados, con cataratas de gran dureza, mala visualización por las córneas deslustradas y dañadas por el desierto y la mala dilatación de iris y su comportamiento flácido, que dificultaba en muchas ocasiones el cierre de las incisiones”, explica el doctor Fernández.
Pese a estas dificultades, todas las operaciones previstas pudieron desarrollarse sin mayores complicaciones. Además, los días que los facultativos ciudadrealeños estuvieron en el hospital del SNIM realizaron varias interconsultas con trabajadores del propio hospital por molestias oculares o disminución de agudeza visual.
Según Alfredo Fernández, la de este año “ha sido una experiencia impactante a la vez que emocionante y, gracias a los compañeros que se encargaron de la organización y el triaje, la atención a un número tan elevado de pacientes se hizo más llevadera. Además, al estar en una ciudad grande pudimos ver pacientes con patologías de características avanzadas muy interesantes que no llegamos a ver en nuestro medio”.
HumanCoop es una asociación de voluntarios para la cooperación y el desarrollo que nació en 2019 para actuar en países y zonas del mundo en las que su intervención y colaboración pueda resultar de utilidad social. Agrupa a profesionales de la medicina y la enfermería de diferentes especialidades y entre sus asociados hay también ingenieros, mecánicos, abogados y personal administrativo.