Estado de Alarma en Correos (1ª parte)

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Estado de Alarma en Correos (1ª parte)

CSIF insiste en que los recortes están batiendo récords en Correos en todos los ámbitos: reparto, oficinas y clasificación.


1) Sobrecargas IMPOSIBLES

Sí. A estas alturas, continúa el Estado de Alarma de Correos gobernado por un rival muy duro: los recortes. En este informe, CSIF lo va a demostrar con cifras. Nos situamos en una capital de provincia, de los 223 empleados que debía haber entre todas las unidades de reparto, faltan 39 (bajas, vacaciones, asuntos propios que tarde o temprano hay que dar), que, como ya es habitual, se han quedado sin cubrir.

El resultado: sobrecargar de trabajo a los que están como, por ejemplo, a ese rutero que hoy (aparte de las sacas de alcance y recogidas) ha salido con 89 envíos a entregar a mano (uno a uno, a lo sumo, 5 o 6 puede haber en una relación). Ayer no fue muy diferente; mañana probablemente tampoco.


2) «No puedo ni ir al baño en toda la mañana»

Si vamos a las sucursales encontramos casos que también nos sirven de espejo. Es el de una oficina en la que está la directora y una empleada que ha visto como los 15 días que se fue de vacaciones en verano y los 15, que acaba de coger ahora, no se han cubierto nunca. «La directora se ha quedado sola sin ningún contrato. No te puedes levantar ni a ir al baño porque no deja de entrar gente y del desayuno ni hablamos porque no hay opción a los 20 minutos a los que tienes derecho. Y esto no puede ser así».


3) «La gente cae de baja y no viene nadie»

Nada cambia en los centros de clasificación. Donde antes había cinco empleados hay tres o, a lo sumo, cuatro lo que está originando días muy, muy agobiantes de trabajo. «Llevo 12 años en este centro y a estos extremos no llegamos nunca. Hay días en los que no hay una sola tregua. Hay gente que está cayendo de baja porque cada día cargamos mucho peso y te encuentras que no viene nadie para sustituirle», reivindica


4) El parche de las horas extraordinarias

El resultado es que cada día quedan miles de envíos pendientes (notificaciones incluidas) y el que lo paga es el ciudadano. El agobio está llegando a Correos, que en muchas provincias está ofreciendo horas extraordinarias a empleados que ya acaban agotados su jornada laboral. Pero eso no está mal porque hay gente que le vienen bien. Pero todo camino pasa por recuperar la contratación perdida y porque las Bolsas, que están estancadas, recuperecen la salud en una época tan difícil: la pandemia no nos ha educado para vivir lo que se vive hoy en Correos.





Fuente: Sindicato CSIF
 
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